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Cuando a mi mamá le preguntan qué hace Háptica, ella primero se angustia y después empieza a buscar en su memoria una explicación adecuada a lo que yo le he dicho. Por ejemplo, dice que somos una agencia de publicidad y cuando está menos afanada, tan solo dice que yo a veces hago de publicista y otras veces de corrector de estilo. Pero así como mi mamá tiene una definición, todo al que le he contado qué hacemos en Háptica tiene otra. Mis amigos piensan que somos una consultora común y silvestre; algunos nos tildan como una empresa de mercadeo; otros, nos ven como los jóvenes cuya palabra favorita es -holístico-.

Por eso creo que lo he oído todo, pero la que más me gusta es la de Amparo Ariza, mamá de dos haptiqueñas. Ella dice que somos espías que nos inmiscuimos en el mundo de nuestros clientes para encontrar información de valor.

Y tal vez sí, tal vez sí somos espías. Solo que nuestras armas no son las de James Bond, ni mucho menos las de el inspector Gadget. Tampoco estamos buscando información para derrotar el comunismo ruso. Nosotros los espías haptiqueños apenas cargamos con una bitácora naranja, una grabadora, esferos, y casi todos necesitamos gafas para poder ver bien.

Más allá de eso, me gusta pensar que estamos para encontrar historias que se conviertan en servicios cuya misión es mejorar la vida de las personas involucradas. Porque en Háptica creemos que detrás de cada dato hay una persona, detrás de cada persona hay una historia y detrás de cada historia queremos estar nosotros para contarla.

Para los que no conocen Háptica, tienen que saber que está compuesta por jóvenes muy jóvenes, como algún cliente habrá pensado en su momento. Hay antropólogos, un comunicador, psicólogos, un politólogo, y claro, diseñadores, quienes con su formación y pasión dan forma a todas esas historias que encontramos en el campo. Pero, lo que mejor podría definirnos es que nos mueven las historias, sus personajes, las tramas en estas y las posibles soluciones para mejorarlas.

En estos cinco años Háptica ha sido parte de muchos relatos en distintas industrias, desde la farmacología hasta el mundo bancario, pasando por el agro y llegando hasta la pastelería. Y cada uno de estos proyectos dejó enseñanzas, dudas, oportunidades para mejorar, anécdotas y, por supuesto, mucho que contar.

Por eso, ahora que cumplimos cinco años, sentimos que estamos en ese momento de la vida en el que queremos hablar. Razón por la que, abrimos este espacio en el que tenemos la intención de contar lo qué sucede en el mundo del diseño de servicios desde nuestra visión.

Pero también queremos que vengan voces de todas partes y escriban, nos cuenten historias, nos relaten la vida del diseñador y que, por ejemplo, mi mamá los lea para entender por una buena vez lo que yo no logré explicarle.

Hoy, oficialmente, abrimos las puertas naranjas (color oficial de Háptica). Damos inicio a este nuevo reto que nos pusimos y del que queremos que todos hagan parte. Los invitamos a leernos, a hacer parte de esta comunidad que queremos construir y a que propongan temas de conversación. Los invitamos a debatir, a construir el mundo entre todos y por qué no, a que suelten la mano y la imaginación y escriban algo.

Queremos en este blog, junto con ustedes, diseñar historias con tacto.

Por eso, les preguntamos desde hoy: ¿de qué les gustaría hablar?

Pd: Según el Diccionario Naranja (DN) un haptiqueño es:

  1. Espías miopes con bitácoras naranjas.
  2. Persona que con tacto visual y auditivo logra comprender problemáticas complejas del entorno.