Como pueden ver, la creatividad no es un don divino. Tampoco es, como dicen muchas personas, un momento de lucidez que viene gracias a las musas. La creatividad es un estado en el cual se puede entrar y salir. Uno en el que podemos convertirnos en visitantes recurrentes. Messi lo hace y nosotros, los haptiqueños, también nos hemos convertido en transeúntes recurrentes. Si no me creen, les voy a contar esta pequeña anécdota de Angélica Flechas para cerrar el tema. Ella, después de reorganizar su clóset, se dio cuenta de que tenía distintas categorías de ropa y las enumeró. Entonces, todas las mañanas, le pide a su esposo que le diga un número, y según lo que él diga ella arma su pinta del día. De esta forma, me dice ella, se obliga a entrar en estados de creatividad desde muy temprano.
Así que la próxima vez que alguien diga que no es creativo, ustedes ya saben cómo enseñarle a serlo, casi como si fuera un acto de magia. O, mejor aún, le pueden decir que se ponga en estado Messi, como los haptiqueños solemos hacer.
¡Nos vemos en el estado de la creatividad!